La que no se niega a nadie

En la danza eterna del retorno, abrazo la fatalidad estoica con la certeza de que ninguna experiencia se me niega. Al igual que Babalon, cuya esencia se resume en la afirmación 'no se le niega a nadie', encuentro la fuerza para aceptar tanto los dones gloriosos como los desafíos arduos que la vida despliega ante mí.

Babalon, más que una figura mitológica, representa la esencia misma de la existencia, una invitación a vivir con plenitud. Sin embargo, es crucial no malinterpretar su mensaje. Babalon no simboliza una entrega fácil o la rendición indiscriminada ante cada oferta de la vida. No es una figura que se entregue sin discernimiento.

Al contrario, nos insta a recibir con los brazos abiertos, pero con la mente clara. Tomar todo lo que llega no implica una rendición sin reservas, sino una aceptación consciente. En este viaje, aprendemos a discernir, a abrazar las alegrías con gratitud y a enfrentar los desafíos con coraje.

La lección de Babalon es profunda y compleja: la vida es un regalo, pero no se trata de una entrega indiscriminada. Significa sumergirse en cada experiencia con la conciencia aguda, comprendiendo que la plenitud se encuentra en la aceptación equilibrada de lo que llega a nuestro camino.

Así, en el telar del destino, tejemos nuestra propia narrativa, hilando los momentos alegres y los momentos difíciles en un tapiz único. La vida, personificada en Babalon, nos desafía a vivir con autenticidad, a abrazar la complejidad y a encontrar significado incluso en las sombras.

Que en esta travesía, cada uno encuentre la valentía para aceptar la vida en su totalidad, sin reservas pero con discernimiento, reconociendo que Babalon, en toda su majestuosidad, simboliza no solo el misterio, sino la esencia misma de la vida.

Soror Eos Om